Iba pensando mientras caminaba por la calle, sin rumbo, siempre fui una persona bastante solitaria, si, tenía amigos, pero me sentía mejor sola, era un estorbo tener que fingir que mis múltiples problemas no existían... Tampoco les iban a importar ¿sabes? Solo era un chico que sus amigos, no eran para apoyarse, como pensaba el resto del universo, solo era gente con la que pasármelo bien y emborracharme... Hasta que llegó ella.
Desde el primer momento me llamó la atención, su sonrisa, sus ojos negros casi irreales... Todo de ella, ella me hizo abrir mi corazón... Solo a ella, a nadie más, confié en ella como nunca antes, bueno tampoco había confiado nunca en nadie, probablemente por eso me dolió tanto, mientras yo le contaba todo, ella no me contaba nada, si claro podría no tener problemas, pero se que no era así, sus lágrimas lo delataban, pero era demasiado tarde, como para dejarla ir, me había enamorado.
Decidí quedar con ella, para hablar, contarle lo que me parecía mal y decirle lo que sentía, pero cuando llego, habría preferido que no lo hiciera.
- Hola
- Hola, ¿Que me querías decir?
- Emm... Mira Ashley, tenia que decirte.. Que, quiero que sepas que puedes confiar en mí, te veo mal y me duele no saber lo que te pasa ni poder ayudarte - una sonrisa asoma su cara ¿podría salir bien? - Y luego... bueno... como... decírtelo... He comenzado a sentir cosas por ti, Te quiero Ashley - espere unos cinco minutos a que dijera algo, pero no hablaba - ¿Ashley?
- Vale - dijo riéndose - ¿Que quieres que te diga? Fue todo un juego, una apuesta, me hablaron de ti, y yo le dije, que daría echo que me abrieras tu corazón y confianza... Y gané
- ¿Y que ganaste si se puede saber? - dios no se como pude mantener así la compostura
- Conocer a la persona, más increíble del mundo, aunque no quiera reconocerlo, debo hacerlo, te quiero.
Lo que yo no sabía, hasta hace un mes, es que... Todas sus palabras, habían sido mentira, todo programado por mis... ¿amigos?
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