lunes, 23 de mayo de 2011

Adios, cariño

Cuando todo terminó Shay había decidido ser fuerte y continuar adelante, nuevos amigos, nueva vida... Pensó que era suficiente, pero se equivoco... Tomando la última decisión de su vida... Cogió lo que necesitaría y se dirigió hacia la casita abandonada donde todo había comenzado.

Cuando llegó le envió un sms a Jake, diciendole, que si podía que estubiera en dos horas en la casita abandonada, diciendole que tenía una sorpresa para él.

Cuando le llegó la contestación de Jake, confirmandole la cita, Shay sacó uná latita pequeña de gasolina y la echo por todo el suelo, junto con las fotos, cartas y regalos que Jake le había dado, quería hacerlo perfecto, que no hubiera una mínima posibilidad de quedar viva - un método de suicidio puede fallar, pero tres no - cogió la botella de ginebra de casi 50º de alcohol y comenzó a beber, mezclando esa bebida con unas pastillas de nitroglicerina que tenia su abuelo por si le daba otro infarto - no puede haber ningun error -  se dijo, y con un cuchillo perfectamente afilado, atraveso las venas de sus muñecas verticalmente hasta el codo.

No sabía cuanto tiempo le quedaba, pero tenía por seguro que iba a morir, mientras esperaba, cogió un cigarro y lo encendió, tiro la botella de ginebra con la fuerza suficiente para que esta rompiera y esparciera su inflamable líquido por el suelo. Cogió su Zippo, lo encendió y lo tiró al suelo, encendiendo la gasolina y la casa entera.

Solo le quedaba esperar...

A las dos horas Jake llegó al lugar, viendolo arder en llamas y se marchó, pensando que era la sorpresa que Shay tenía, ver como su sitio privado estaba siendo devorado por las llamas. Al día siguiente, vió en el periódico la foto de Shay, comentando su suicidio, y él, muerto de tristeza, jamás volvió a ser el mismo

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